Un teatro colosal, de esencia sublime aunque muy deteriorado debido a su uso negligente. Su público se cuenta por millares, sin embargo resulta ser una obra caótica, donde tristes protagonistas ocupan un lugar que les viene grande, mientras que grandes personajes secundarios viven tras su sombra.
Un niño vende refrigerios a precio ridículo. El inmenso muro del final tiene un pequeño agujero, tras el cual se pueden observar varios ojos que contemplan la escena desde el exterior.
En esta obra escasean los “Romeos”. Un mártir sale a escena llamando la atención del público. Hay gente en la puerta a los que no dejan entrar, incluso por la fuerza. Un actor frustrado aprovecha la confusión para seccionar los cables y sabotear la obra, mientras dos técnicos de sonido se culpan mutuamente de lo sucedido.
Es una obra pésima, y la abandonamos sin acabar la función, mientras el director pide silencio a uno de los técnicos, y el calor sigue en aumento...
De repente me descubro en plena calle, el frío es atroz, y mi fantasía me ha llevado a otro mundo, a un teatro maravilloso pero venido a menos, como nuestro planeta. Donde necios como Bush son protagonistas mientras que “inconformistas” como Gore se llevan reconocimientos ajenos al poder.
El público se cuenta por millares, sin embargo aún hay gente que queda fuera por tener ideales “distintos”, usando métodos represivos, léase ETA o terroristas islámicos.
Niños explotados trabajando por “nada” y otros que su pobreza hará que siempre observen la obra del mundo desde fuera, desde un agujero.
Romeos escaseando personificados en actos de amor que nacen a cuentagotas. Un actor frustrado que provoca una matanza en Virginia, una guerra entre técnicos de sonido que luchan por su teatro, como palestinos e israelíes. Un mártir joven que muere en un campo de fútbol ante las cámaras de medio mundo…
Y un director que pierde “el norte” al grito de “porque no te callas”, y todo esto mientras la temperatura aumenta a ritmo de calentamiento global…
He abandonado esta función sin creer en ella, sólo espero que no la substituyan para poner otra peor, como viene sucediendo ya de un tiempo a esta parte.
Un niño vende refrigerios a precio ridículo. El inmenso muro del final tiene un pequeño agujero, tras el cual se pueden observar varios ojos que contemplan la escena desde el exterior.
En esta obra escasean los “Romeos”. Un mártir sale a escena llamando la atención del público. Hay gente en la puerta a los que no dejan entrar, incluso por la fuerza. Un actor frustrado aprovecha la confusión para seccionar los cables y sabotear la obra, mientras dos técnicos de sonido se culpan mutuamente de lo sucedido.
Es una obra pésima, y la abandonamos sin acabar la función, mientras el director pide silencio a uno de los técnicos, y el calor sigue en aumento...
De repente me descubro en plena calle, el frío es atroz, y mi fantasía me ha llevado a otro mundo, a un teatro maravilloso pero venido a menos, como nuestro planeta. Donde necios como Bush son protagonistas mientras que “inconformistas” como Gore se llevan reconocimientos ajenos al poder.
El público se cuenta por millares, sin embargo aún hay gente que queda fuera por tener ideales “distintos”, usando métodos represivos, léase ETA o terroristas islámicos.
Niños explotados trabajando por “nada” y otros que su pobreza hará que siempre observen la obra del mundo desde fuera, desde un agujero.
Romeos escaseando personificados en actos de amor que nacen a cuentagotas. Un actor frustrado que provoca una matanza en Virginia, una guerra entre técnicos de sonido que luchan por su teatro, como palestinos e israelíes. Un mártir joven que muere en un campo de fútbol ante las cámaras de medio mundo…
Y un director que pierde “el norte” al grito de “porque no te callas”, y todo esto mientras la temperatura aumenta a ritmo de calentamiento global…
He abandonado esta función sin creer en ella, sólo espero que no la substituyan para poner otra peor, como viene sucediendo ya de un tiempo a esta parte.
